domingo, 13 de diciembre de 2009

EL TESTAMENTO DE BLEMIE


EugeneNeill, dramaturgo estadounidense galardonado con el Premio Nobel, quiso interpretar los sentimientos de su perro Blemie, de raza dálmata, que estaba próximo a morir, y a quien toda la familia amaba entrañablemente, y escribió algo muy bello llamado "el testamento de Blemie" para consolar a su esposa, cuando el perro muriera.

" Yo, Silvederne EmblemNeill (a quien mi familia y amigos llaman Blemie) a consecuencia de mi edad y de las enfermedades que me agobian transmito a a la mente de mi amo lo que deberá ser mi última voluntad y testamento. En el aspecto material, tengo poco que dar, los perros somos mas sabios que los hombres, y no conferimos gran valor a los objetos, los perros no desperdiciamos la vida acumulando propiedades, ni sufrimos insomnio preocupándonos por el modo de conservar lo que tenemos y adquirir lo que deseamos. No tengo nada valioso que dar, excepto mi amor y mi fe, y eso lo lego a quienes me amaron. Pido a mis amos que me recuerden siempre, pero que no lamenten mi partida durante demasiado tiempo, toda mi vida procure ser un consuelo en los tiempos difíciles y un motivo adicional de alegría, me resulta amargo pensar que mi muerte pueda causarles dolor. Ahora que estoy ciego, cojo, sordo y hasta mi olfato me falla, siento que la vida me castiga por quedarme aquí mas tiempo del conveniente, debo despedirme antes de que me convierta en una carga para mi mismo y para todos lo que me aman, sera una pena dejarlos, pero los perros no tenemos miedo a la muerte, la aceptamos como parte de la vida ¿quien puede saber que hay después de la vida?
Me gustaría creer, como hacen mis compañeros dálmatas de fe mahometana, que hay un Paraíso en el que siempre se es joven, donde todo el día juega uno con hermosas huríes, perritas de graciosas manchas; donde cada hora feliz es la hora del reposo, un lugar donde todas las noches hay un millón de chimeneas encendidas, y ante las cuales puede uno tumbarse, parpadear, soñar y recordar los viejos tiempos pasados en la Tierra, y el amor de nuestros amos. Pero temo que es demasiado pedir, hasta para un perro como yo. Pero al menos estoy seguro de la paz. Quiero hacer una ultima petición. He escuchado decir a mi ama: "cuando muera Blemie no volveremos a tener otro perro". Por lo que me ha querido yo le pido que tenga otro, no volver a tenerlo seria un tributo muy pobre a mi memoria. Me gustaria sentir que habiéndome tenido ya no podrá vivir sin un perro. A él le dejo mi collar, mi correa, mi suéter y mi gabardina, y una última palabra de despedida, queridos amos, siempre que paséis por mi tumba pensad con felicidad: "Aquí yace aquél que mas nos amó""


Este articulo ha sido sacado de la revista "Pelo, Pico, Pata" nº 50. Espero que a todos los haya emocionado tanto como a mi!!!

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